Eran las siete de la tarde, una hora estupenda para soñar despierta. Fue entonces cuando lo note.
Joder, era tu puto perfume, otra vez. ¿Qué narices haces en mi oficina? Me sonríes con esa maldita sonrisa perfecta que el destino o un dentista experimentado te concedió.
‘’Pasaba a saludarte y ver qué tal te va…’’ Me destrozaste el corazón, cabrón… ¿A ti qué te parece? Te devuelvo la sonrisa, más por compromiso que por cortesía.
Me miras, me piensas, me hipnotizas. Me invitas a tomar café, aunque sabes de sobra que lo odio. Excusa barata que te sirve para acercarte a mí. Para olerme, para verme, para volver a hacerme sentir feliz.
Una cosa lleva a la otra, o eso dicen. Dos cappuccino que endulzan la tarde y empiezan a anunciar la noche. De las risas pasas al recuerdo, del recuerdo a la melancolía. ‘’Te echo de menos, vida mía…’’ Cojonudo, tu apariencia de tipo duro es proporcionalmente inversa a tu habilidad para hacerme vomitar.
Jodida verborrea la tuya… tus palabras me engatusan. Yo ya tenía claro que no te quería más en mi vida y, ahora, vuelves. Han pasado solo unos cuantos meses desde que me dijiste au revoir… Me costó sacar tu recuerdo de mi mente y tus camisas de mi armario…
Me besas y me pillas por sorpresa. ‘’Ven, quiero volverte a amar…’’ Y yo caigo como una tonta, quizá porque soy tonta al pensar en que ha llegado el día en que volverás a mi vida….
Más tarde, en aquel hostal, te dispones a acariciar mi cuello, desnudo y desprovisto de pañuelo alguno…bajas lentamente tus dedos por mis hombros descubiertos… me tocas, me mueves… me conmueves… Me masturbas con tus palabras, me perturbas con tus manos….
Me haces sentir, me haces disfrutar. Me haces gozar e incluso gritar. Adoro cuando te comportas como un animal, y como solamente lo haces en el ámbito carnal. Me tratas con sutileza y me extasías con dureza… Lo nuestro no es un amor puro, es sexo duro. Desnudada por tus besos, por tu piel y carne he sido follada… me dejas en la cama de ese hostal, me abandonas y te vas…
¿Y qué me queda? Lo único que me quedó en el momento de tu partida: el humo del cigarro de después y lencería fina debajo de esta cama que dejas vacía.
empezando con ganas, suerte en el blog!
ResponderEliminarPrincipio de Incertidumbre
http://www.principiodeincertidumbre.es
Muchas gracias!!^^
ResponderEliminarMe encanta :P
ResponderEliminarGuau, que prosa tan buena^^ Está muy bien. Quizá la única pega que le pongo es que podrías buscar otra forma de señalar las entradas de la tía y del tío. Pero vamos, como lo has puesto tampoco queda mal.
ResponderEliminarComo dicen, "lo bueno, si es breve, dos veces bueno"^^
P.D: Pero molaría que os animárais a escribir algo más largo entre las dos :D